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29 mayo 2020 a las 03:28 #8005
LUGAR: Mezquitera atrás del Parque La Pona
Conoce el lugar: Mezquitera atrás del Parque La Pona
Tema del Lugar: Experiencias, Consultas, etc
Mezquitera atrás del Parque La PonaTema de Encuentros del Lugar:
[Encuentros] Mezquitera atrás del Parque La Pona1 junio 2020 a las 23:28 #12912Sigue habiendo pedo ahi?
3 julio 2020 a las 23:01 #33492Ayer 02 de julio fui a las 9 pm. Como ahorita es verano todavía hay un poco de luz. Sigue habiendo mucho movimiento. Las parejas hetero todas pendejas van y se estacionan ahí en lo oscuro, sabiendo que es un sitio de faje es a los primeros que van a revisar los polis cuando pasen ahí. Estaban unos en su carro y de rato se pasaron a las bancas a fajar.
Me fui a las bancas del fondo y ya iba un señor que ya he visto antes ahí, ligando con un chavo gordito. Se fueron por el pasillo detrás del parque. Esperé un minuto y me fui detrás de ellos. Ni los dejaron hacer nada porque del fondo venían más tipos. Unos solos y otros en pareja, de todos los tamaños, hasta una trans que conozco de un grupo de whats venía con su «amigo». Se me hizo raro el que vinieran tantos, así que caminé casi hasta llegar a la parte más profunda del terreno y vi que se acercaba una moto.
Un tipo que venía por el camino empezó a correr y pensé «Chin… ha de ser la poli» yo también corrí en chinga y al salir a las banquitas me topé de nuevo a la trans y le pregunté si ahí andaba la poli. Me dijo que sí, que por eso se regresaron todos. Más en la esquina me encontré a un gordito que iba de pants blanco (si van a fajar de noche nunca vayan de ropa blanca o colores claros). Le pregunté y me dijo que eran polis en cuatrimoto. Tal vez otro día esté más libre el lugar, pero de que sigue habiendo cogedera así es.
2 agosto 2020 a las 14:28 #46238Que tal se pone hoy? Quien va a correr a que hora es bueno ir?
2 agosto 2020 a las 17:19 #46334De que se trata este spot , como se maneja el tema ahi
1 junio 2021 a las 00:32 #111847Hace mucho que no iba a la Pona. Fui hoy 31-mayo-21, sólo por curiosidad. Ya casi eran las 9 de la noche, pero aún había luz. Me estacioné en una avenida poco transitada atrás del parque y caminé por la calle Beethoven hacia el área de las bancas.
Justo cuando iba hacia allá, pasó un chavo enfrente de mí. Delgado, alto, un poco tonificado, pero caminaba algo afeminado. Justo al pasar junto a él le eché una mirada a su paquete. No me fijé si volteó a verme, pero cuando avancé un poco y lo vi de espalda, noté que andaba como sin sentido, como si esperara a alguien. Más tarde me enteré el por qué.
En el área de las bancas no se veía nadie. No me gusta como se ve ahora, está todo muy seco, sin una sola planta, solo tierra y el pavimento está levantado y lleno de agujeros, como si debajo del lugar pasara agua y se hicieran huecos en el suelo.
Noté un wey que salía del pasillo detrás del parque. Alto, chacalón, de gorra plana, moreno y con pancita chelera. Esperé a que se alejara y me fui caminando por el pasillo. Más al fondo me encontré solo a dos vatos justo donde termina ese camino y está la valla de alambre de púas que da al baldío. Estaban platicando, uno de ellos hablaba medio afeminado (pasivo) y sólo escuché que decía de las veces que iba al baldío y lo saludaban los que buscaban faje.
Me fui caminando hacia adentro del baldío, se me quedaron viendo estas dos personas, pero los ignoré. El baldío está muy seco ya y lleno de escombros. Se ve muy descuidado y abandonado a comparación de otras fechas.
Me regresé. Seguían estos dos gays platicando junto a la valla de alambre y al llegar a la zona de bancas vi a alguien sentado en una de las zonas donde no daba luz, con las piernas abiertas. Era el chacalón de hace rato (qué rico).
Me senté en la banca frente a él
-¡Qué onda!- le dije tratando de no hacer mucho ruido
El wey no me respondió, pero me miró y siguió viendo hacia alrededor, como vigilando que no viniera nadie, con las piernas muy abiertas. Después de unos momentos me animé a sentarme junto a él.-¿Qué onda, qué haces?- le pregunté en tono amistoso.
-Nomás jaja- dijo como nervioso, pero entrecortado, no le entendí bien.
Estiré mi mano para tocar discretamente su paquete debajo de su pants gris.La tenía totalmente dormida, no se notaba un bulto, sino su verga flácida como un pellejo. Empecé a sobarlo por encima hasta que empezó a crecer. Luego metí mi mano debajo de su pants para sentir su verga hacerse bolita debajo de su truza. Ahora metí mi mano debajo de su truza y sentí su verga tibia crecer aún más.
El wey no se movía, seguía con las piernas abiertas. Cuando se le puso más dura se la sacó. Era una verga medianita, un poco gruesa, pero con la cabeza muy chiquita y puntiaguda. Parecía una bolita de chorizo con la cabeza en forma de mamila de biberón. Peluda.
Me incliné sin bajarme de la banca y le di una mamada. Se sentía chiquita en mi boca y me la pude meter a fondo. El wey sólo sonreía en voz baja, como entre nervios y sorpresa. No dejaba de ver a los alrededores para vigilar que nadie pasara. Yo me estaba dando unas embestidas bien ricas en la boca con esa verguita gorda. El wey se levantó un poco para bajarse más el pants y yo me hinqué frente a él a seguir haciéndole sexo oral. Los coches pasaban por la Av. Alameda y nosotros mamando rico a unos cuantos metros.
-Allá atrás- me dijo en voz baja.
-¿Qué?- le pregunté. Pensé que se refería a que alguien venía por atrás de nosotros.
-Atrás, vente- dijo. Se refería a irnos al pasillo detrás del parque. Noté que el wey como que no estaba bien al 100%, tal vez tenía alguna discapacidad o trastorno del habla. Tenía que repetirle con mis palabras lo que él decía para confirmar si eso quería o no.
-Ve tú y ahorita te alcanzo- le dije, para no ser tan evidentes.El wey se guardó la verga, se paró, se veía bien rico su bulto parado debajo del pants, se lo toqué y el vato se fue caminando hacia el pasillo. Lo seguí unos momentos después y llegamos a una parte oscura detrás de una bodega. Ahí se quedó parado junto a un árbol, se la volvió a sacar, ya flácida y yo me la volví a meter a la boca para mamarla y parársela de nuevo.
Le pregunté si era casado: no. Si tenía vieja: no. Me dijo que vivía en una colonia al oriente y que había llegado ahí en camión. De verdad que era difícil preguntarle algo porque decía las frases a medias. Sí debe tener algún detalle en el habla, pero la neta eso es lo de menos. Estaba alto, sabroso, pezones carnosos, pancita chelera, nalgonsísimo y peludo de las nalgas, su verga chiquita y gordita pero muy mamable. Ahí estuve hincado haciéndole oral y chupándole sus huevitos peludos, me paré también a mamarle sus pezones.
-Culo, a ver tú- me dijo. Descifré que quería verme las nalgas, pero la verdad no venía preparado y se lo dije. Le dije que sólo me dejara mamársela.
-No, culo, tú- dijo de nuevo y el wey me dio la espalda para mostrarme su culote peludo. ¡Qué delicia!
-¿Quieres que te chupe el culo?- le pregunté bien cachondo.
-Siii- dijo con su sonrisa nerviosa.
La neta sí se me antojaba, pero sólo le di unas chupadas y mordidas leves a sus nalgotas, no probé su ano (por higiene). El wey se abría las nalgas para que me acercara y le lamiera su hoyito, pero la neta no me animé. Sólo se las deje bien babeadas con todos sus vellitos del culo mojados.Me puse de pie y lo abracé por la espalda. El wey mediría como 1.80 y yo bien chaparro, pero ahí andaba pellizcándole pezones con la mano izquierda, masturbándolo con la derecha y agachándome a lamer su nalgotas peludas.
-¿Quieres que te la meta?- le pregunté bien cachondísimo.
-Sii- me dijo el wey y sacó un condón, volví a agacharme a morder su culote y el wey se abrió las nalgas. Estaba por tomar el condón cuando se acercó un wey desde el fondo del pasillo. Era un vato de pantalón blanco y playera roja (colores muy exóticos para andar yendo de faje).El farruquito se asustó un poco y se regresó para las bancas. Justo en ese momento pasaron dos chavitos hacia el fondo del pasillo (no creo que a correr), uno gordito y uno delgado, como de 18 años (apenas, quizás menos).
Fui a ver al wey de pantalón blanco para ver qué buscaba. Estaba parado en donde terminaba el pasillo detrás del parque, viendo hacia el baldío. Era un wey de unos 28 a 30 años, de 1.70 de altura aprox. No se veía feo.-¿Qué onda? ¿qué haciendo?- le pregunté en forma amistosa
-Aquí nada más…- dijo un poco apático.
-¿Qué te late?- le pregunté.
-Pues soy un poco más activo- me dijo.Me atreví a estirar mi mano para agarrarle el paquete.
-¿Me dejas verla?- le pregunté con timidez (falsa, pero para sonar convincente jaja) mientras buscaba con mi mano su cierre del pantalón y se lo bajaba.
-¿Me la quieres mamar?- me preguntó.
-Sii- le dije, poniéndome de frente a él y tocándole ambos pezones con las dos manos.
-Pues me la tienes que mamar para que se pare- me dijo.
Se desabrochó su cinto, se bajó el cierre y se asomó su bulto debajo de su truza. Me hinqué frente a él y se la sacó. Era una verga normal, más larga que la del farruquito y sin circuncidar. La tomé con mi mano derecha y le recorrí el prepucio para masturbarlo y poder darle una chupada.Olía feo. La neta no se la iba a mamar así, entonces volteé a la derecha, viendo al camino.
-Ahí viene alguien- le dije (la vieja confiable para zafarme de situaciones incómoda).
-Ahorita vengo- le dije y me regresé por el camino. Se ve que sigue habiendo faje a diario en la pona. Se ven sombras de vatos que entran y salen del baldío en la oscuridad, la mayoría buscando faje.De nuevo en la zona de bancas noté 2 siluetas de vatos gordos buscando faje por ahí. Volví a ver al chacalito de hace rato y me acerqué de nuevo a él y le di un agarrón de paquete.
-Alguien- dijo. Volteé y se acercaba una de las siluetas de los vatos gordos que andaban por ahí.
-Esos weyes te van a acabar de terminar la chamba- le dije, y le hice señas con la mano de que ya era tarde y ya me iba.
Se acercó un wey gordito que iba en pants.
-Ustedes síganle, yo les hecho aguas- Dijo, pero en voz muy alta.
-Shhhhhh- le dije para que hablara en voz baja. Yo ya me iba de todos modos. Entonces el gordito se acercó y le dio un agarrón de verga por encima del pants al chacal.Me fui, y de camino por la calle Beethoven venía un vato caminando muy despacio, con bermuda y playera de esas de algodón ajustadas. Era delgado y se veía joven, atractivo. Llevaba cubrebocas. Como que me estaba viendo de lejos mientras nos acercábamos el uno al otro. En cuanto estuvo a 2 pasos de mí se agarró la verga por encima de la bermuda sin dejar de verme, ofreciéndomela. Sí se le notaba un buen bulto.
Me acordé del chavo que caminaba afeminado cuando llegué. Recordé también que una vez leí por ahí que en esas calles iban vatos a buscar quién se los llevaba a coger en sus coches. Tal vez este wey era uno de ellos. Avancé unos pasos y volteé hacia atrás. El wey me estaba viendo y se estaba agarrando el paquete con una mano. Me acerqué a él.
-¿Qué onda, vas para allá?- le pregunté, refiriéndome a si iba para las bancas de la Pona.
-¿Qué, sí hay movimiento?- me preguntó
-Sí, pero ninguno como tú- le dije medio cachondo.
-Jaja, ¿cómo? – preguntó, algo divertido.
-Así de ricos… – le dije, bien cachondo y agarrándole el bulto por encima de la bermuda. Sí estaba vergón este cabrón.
El wey volteó a ambos lados. Nos ocultaba un arbusto frondoso y entonces se bajó el cierre de la bermuda y se la sacó. Era una verga larga, colgante y gruesa, semiflácida.Me agaché de inmediato, se la olí (no olía feo) y me la metí a la boca. Prácticamente en unos segundos iban a pasar los coches cuando el semáforo frente al hotel Alameda cambiara a verde. Y ahí me tenía este cabrón agachado mamándole la verga. Tal vez alguien nos podría ver en cualquier instante. Serían 7 segundos los que tuve su verga en mi boca, pero me excitaron al mil. Nunca había sido tan exhibicionista y arriesgado.
Seguí un ratito al wey para disimular y platicamos de sitios de faje. Era un vato como de unos 40 años o más, pero delgado y bien conservado. Hablaba varonil. Le platiqué del baldío de pintores y del aqua steam.
El wey me dijo que se iba a ir para allá (para evadirme). Entendí que ya había pasado mi momento con él, pero noté que el wey a los coches que iban tripulados solamente por un hombre los volteaba a ver y se agarraba la verga por encima de la bermuda, justo como hizo conmigo. Uno de esos hombres sí se paró y se quedó esperando en su coche, viendo el celular.
El vato exhibicionista se fue a la avenida detrás de la Pona y se sentó en una banca en el camellón, a seguir agarrándose la verga. Quise ir a seguirlo y mamársela más, pero no me animé y tal vez él ya no quería. Me fijé que el vato que se detuvo se me quedó viendo. Quise acercarme, pensando tal vez que también estaba con la verga de fuera viendo a quien subir a su coche para que se la mamara. Me dio muchísimo morbo, pero ya me tenía que regresar y me la jalé en la casa. Qué rica experiencia esto del exhibicionismo.
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