Bidragon

Hola amigos.
Wow este tema me prende mucho. Yo al principio si me suelo tapar, pero ya después sí me relajo y me cubro menos, aunque si es algo que tengo que trabajar, el tener confianza y mostrarme desnudo. Es por pena. Las primeras veces me daba vergüenza que se me parará delante de los demás vatos. Y que fueran a decir algo. Pero estos lugares me fascinan, desde un punto de vista sociológico. Ya que todo mundo está disfrutando de la desnudez y nadie dice nada, completos extraños compartiendo un lugar y espacio, cheleando agusto en pelotas. Y se forma una camaradería bien genial y relajada. Sin inhibiciones. Pero estoy de acuerdo con ustedes. El punto de estos lugares es disfrutar de la libertad y desnudez. Trataré de cubrirme menos cuando vaya a estos lugares.

Cursaba 6º de primaria, tendría unos 12 años. Y solía tener clases de educación física. A mí no me gustaba salir a esa clase. Se me hacía aburrida, solo nos hacían correr como pendejos. Nos sacaban de la escuela y teníamos que correr al rededor de la cuadra.
En una ocasión me pude safar de asistir a la clase de educación física y me quedé en mi salón, con mi maestro titular. Él estaba haciendo algo de su trabajo y me dijo que si podía ayudarle, yo accedí. Y le empecé ayudar a acomodar una libretas. Después de unos minutos me dijo: «ven acércate».
Yo no tenía idea, pero solo me acerqué y comenzamos a platicar de cosas triviales. Yo en ese tiempo no era de sus favoritos, ya que él solía tener a sus chiquiados. Y pensé que sería una buena oportunidad para convivir y conocerlo mejor.
Yo era muy inexperto e inocente en ese tiempo.
Me pidió que si me podía sentar en su pierna. Y pues yo le obedecí. Y no pasó mucho tiempo, cuando comenzó con el tema de un juego. Me dijo: «Vamos a jugar algo» y yo: «sí está bien».
Me dijo: «Vamos a adivinar de qué color traes la ropa interior». Y pues a mí al principio se me hizo raro el juego. Pero pues él estuvo adivinando qué color traía de trusa. Obvio le atinó. Era blanca la que yo llevaba. Y me dijo que era mi turno. Y pues yo estuve diciendo varios colores, pero no le atinaba. En eso, comencé a sentir algo duro sobre su pierna, me molestaba mientras yo está sentado sobre él. Instintivamente me trataba de quitar, pero él solo decía que no me moviera. Se le marcó un gran bulto. Y de vez en cuando trataba de acomodarme sobre el paquete. Y yo le dije: ¿Qué era eso? Que me molestaba. Ya que él intentaba acomodarlo entre mis nalgas. Me dijo que tenía que adivinar. Y pues ahí estoy como pendejo dando opciones. Y pues no sabía que era. Una semana antes mi papá acaba de hablar conmigo sobre los cambios físicos que están por sucederme y pues yo todavía no sabía bien qué pedo.
Me dijo el profe que tenía que meter la mano a su pants para adivinar. Y fue ahí, donde sentí su verga caliente, peluda y gorda. Yo solo me sorprendí y saqué mi mano rápido. Y me preguntó «Entonces…¿Qué es?» Y yo asustado y con tono incrédulo le dije: «¿Su pene?» Y solo se rió y se salió del salón, se dirigió al baño. Y de ahí, yo trataba de evitarlo. Pero fue la primera vez que toque una verga ajena.

Ah qué genial. No sabía de este tema. Y yo siempre preocupándome por el olor. Incluso, llegué a cambiarme varias veces los calcetines. Si alguien le late, estoy dispuesto. Incluso para quitarme el olor en las axilas, me tengo que rasurar el vello.

En los baños Guadalajara, está un chavo, parece casado, que está por las tardes. Tiene un buen cuerpo, y la neta da muy buenos masajes.
La primera vez, que tome un masaje fue con él. Recuerdo que me pase a su lugar y me dijo que si quería me podía quitar la toalla para que me diera el masaje. Sí estaba muy inexperto. Y pues me daba pena estar ahí desnudo. Le dije que si me podía dejar la toalla. Me dijo:- «como quisieras, pero es más fácil sin toalla darte el masaje». Y pues accedí. Me dijo que me pusiera boca arriba, y pues la neta si muy profesional su mensaje. Pero de vez en cuando rosaba mi pene. Por lo que se me puso bien tieso. En eso entró un señor y le hecho carrilla, le dijo entre risas y bromas: -«Wey, por eso querías darle masaje». Yo con todo y pena ahí con la cara cubierta, pero con la verga bien parada. Y la verdad no sabía que pedo con eso. Yo inocentemente pensé que me había rosado por error la verga. Y pues en esa ocasión no paso de ahí. Yo al final me disculpé por la erección, porque pensé que le había faltado el respeto. Y me dijo: -«Chino, no hay bronca, no pasa nada. Es normal» Y pues me fuí esa vez muy caliente.
Ya después supe de la táctica y hasta final feliz me daba.

Yo también disfruto más sin penetración. Las mayoría de mis experiencias, las he tenido con faje, caricias, masturbación mutua. Hace poco, estaba en un ciber, de estos con cabinas. Y ahí me encontré a un amigo, que disfruta de esto. Nos masturbamos mutuamente, nos acariciamos y la neta, la pasamos genial. Al final nos venimos bien rico. Los dos sudados pero bien satisfechos.

Hola a todos. Pues cuando yo era niño, mi hermano, mi papá y yo nos bañamos juntos en algunas ocasiones. Yo en ese tiempo no tenía morbo. Tendría como unos 4 años. Mi papá nos acostumbró a que no hubiera morbo entre nosotros. Y pues yo lo veía normal. Incluso cuando salíamos al campo, orinabamos cerca, y pues lo veía. Y todo sin morbo. Y como él se crió en el campo, pues cuando íbamos a bañarnos al arroyo, pues nos bañabamos desnudos. Y pues fuí creciendo y ya cómo 9 pues ya me daba pena, sentía pudor. Y cuando íbamos a su pueblo, que yo disfrutaba mucho esas vacaciones, pues aprovechabamos para ir al arroyo a bañarnos. Y pues como niño, me la quería pasar todo el día en el arroyo jugando. Y recuerdo que le pregunté, que me daba pena bañarme desnudo, que alguien nos podría ver. Y el nos dijo a mi hermano y a mi, que no nos dirá pena, que por ahí no pasaba gente y solo eran señores que iban a trabajar al campo. Y pues sí, le hicimos caso, así jugábamos mi hermano y yo, mientras él se bañaba. Por lo que sí lo llegué a ver muchas veces desnudo, tiene un pene no muy grande, pero sí muy cabezón. Y solía bañarse rápido y ya después solo se cambiaba y nos cuidaba un rato y nos decía que ya nos saliéramos, que teníamos que irnos. Y pues siempre he tenido la fortuna de tener una muy buena relación con mi papá.
Ya cuando tenía yo unos 11 años, en otras vacaciones, estábamos bañandonos en el mismo arroyo. Mi padre nos explicó a mi hermano y a mí como lavarnos el pene. Mi hermano está circuncidado y yo no. Y ya en el arroyo ahí bañando nos, mi papá me explico sin ningún tinte de morbo, como debía asearme. Me dijo que me retirará el prepucio para atrás, y lo intenté pero al principio no cedió, nunca me tocó. Él me dijo, hazlo más fuerte, y pues si lo pude hacer pero me dolió un poco. Y ya se imaginarán (una disculpa si soy muy explicito y un poco escatológico) pero tenía mi glande lleno de esmegma, y pues no sabía que era eso, solo recuerdo que era algo nuevo para mí. Me explicó que era algo normal, que precisamente tenía que estarmé aseando para que no se me acumulará nada ahí. Y pues mi hermano lo vio, y también fue algo nuevo para él. Y pues me dijo que me lavara con agua. La verdad no consentía tocarme. Sentía que me ardía. Pero a la vez fue una experiencia tan viva, tan genial. Yo creo que en ese momento, pude experimentar «el aquí y el ahora». Mi papá me miraba con mucho orgullo, con una ligera sonrisa, como si yo hubiera logrado alguna meta muy importante. Yo no tenía idea de lo que suponía para él. Podía sentir el roce del aire en mi glande y hasta eso me ardía. Me trataba de sumergir en el agua y podía sentir los granos de arena que viajaban dentro de la corriente con mi glande. Guau, no lo podía creer. Pero aún así me seguía doliendo mi pene. No consentía ni el aire. Y le dije a mi papá que me estaba doliendo mi pene. Y lo que no sabía yo, era que estaba experimentando mi primera erección consciente. Pero yo no sabía ni que era erección. Estuve ahí por un buen rato, tratando de meterme al agua, pero pues no consentía la sensación, y luego me paraba para sacar mi cuerpo del agua y el aire cálido también me causa una sensación extraña. Y pues me dijo mi papá que regresara el prepucio a su lugar, y que lo tendría que hacer eso cada que me bañara. Para mantener mi pene saludable y limpio. Y así lo hice, pero al principio no podía regresar el prepucio en su lugar y ahí fue que me empecé a asustar, pero mi papá me dijo que no me asuste, que me relajara, que respira profundo y que lo vuelva a intentar. Y sí lo pude regresar, pero ya me dolía bastante. Y me fuí calmando poco a poco. Hasta que se me bajado la erección.
Ya cuando regresamos a la ciudad, en esa misma semana mi papá me explicó todo acerca del sexo. Y así fue como perdí la inocencia. Y pues tuve más experiencias con mi papá, Pero las dejo para otra ocasión. Que ya me extendí demasiado. Gracias por su atención.

Yo he ido en algunas ocasiones, el lugar si está muy sucio, pero pues tal vez sea parte del morbo. Las primeras veces que fuí. Veía que esporadicamente varios chavos subían o las escaleras. No me imaginaba que arriba había máquinas. Y llegué a escuchar, que podían «máquina de las de arriba». Y pues un día pedí una de arriba y descubrí el ambiente. Va algo de chavos, señores casados, etc.