Todos los lugares de Cruising Gay en México

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Respuestas de foro creadas

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  • en respuesta a: Segunda Sección del Bosque de Chapultepec #118585
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    Mañana iré a la segunda sección, por el cárcamo a medio día, ojalá haya alguien por allá

    en respuesta a: Chaquetas #110564
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    Qué onda? Cuando se arma entonces?

    en respuesta a: Chaquetas #74417
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    Todos dicen que están muy puestos y a la mera hora ya nadie dice nada.

    en respuesta a: Central Camionera Aguascalientes #68389
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    Estaré el viernes como a las 11pm en la central por si se animan xD

    en respuesta a: Chaquetas #61151
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    ufff! suena rico, claro! Quien se suma?

    en respuesta a: HOTELES #59632
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    Soy arquitecto, y estoy en un despacho que me envía a viajar por todas partes, lo que me permite conocer nuevos lugares. Aquella noche llegue de un pesado día de trabajo y manejo en carretera, afortunadamente pude encontrar una habitación en un hotel en Torreón. Me registré y pedí una habitación con jacuzzi, para poder relajarme; dejé mis cosas en el cuarto y me dirigí a la terraza lounge para cenar. Me disponía a relajarme y beberme mi copa de tinto cuando mire al frente ya que tenía la sensación de que alguien me estaba observando; entonces lo vi por primera vez, aquel que me llevaría al cielo y provocaría en mi sensaciones y sentimientos inimaginables, aquel que provocó una corriente que recorrió mi cuerpo desde la punta de mis pies hasta el último de mis cabellos con una sola mirada. En ese mismo instante se dio la vuelta y se fue caminando, mientras, yo me deleitaba con su escultural figura, estaba bien bronceado, ni poco ni mucho, piernas largas bien formadas, brazos fuertes, una espalda ancha surcada por varios músculos muy bien definidos desde sus amplios hombros hasta su angosta cintura que dibujaban a través de su camisa, la cual era antesala perfecta de lo que más me llamo la atención, unos músculos redondeados y duros que se escondían debajo de su ajustado pantalón. Llegó a una mesa a un costado mío y me miró y sonrió mientras se sentaba, yo volví a la realidad y me di cuenta que seguro estaría con una cara bastante obvia, me sonroje un poco, lo cual espero haya pasado inadvertido. Entonces fui yo el que dio media vuelta para continuar con copa de vino. Como me encontraba aún costado suyo podía verlo y notar como me miraba. Quería hablarle, contarle todo lo que provocó en mí, pero no sabía cómo acercarme. ¿Cómo iniciar una conversación con un extraño? Sabía que si no aprovechaba ahora tal vez no tendría otra oportunidad, además parecía que me esperaba ya que estaba con el mismo vaso desde hace ya buen rato. Fue entonces que me invitó a sentarme con él, ya que había notado que estaba solo también. Bastante directo me dije, y acepte intentando fingir la enorme felicidad que me provocó su propuesta. De un momento a otro estábamos en medio de una conversación muy amena, teníamos algunas cosas en común y muchas que no, pero aún así nos divertíamos y podía sentir la química, a ratos nos quedamos callados y nos mirábamos el uno al otro fijamente, de una forma medio lujuriosa, aunque nunca se sabe a ciencia cierta ya que todo podía ser solo mi imaginación, pasamos buen tiempo así, vimos cómo la gente llegaba de cenar, lo que significaba que se hacía tarde, además que ya teníamos unos cuantos tragos encima y empezó a hacer un poco de frío, me dijo que continuemos en su habitación, que me mostraría la magnífica vista desde ahí, por supuesto que accedí tratando de no entusiasmarme demasiado. Me hizo pasar, y quedé maravillado con la hermosa vista de la ciudad, estaba como hipnotizado y me apoye en el mueble del televisor, ni siquiera prendió la luz; al acostumbrarme a la oscuridad pude ver como se me acercaba lentamente, con la mirada fija como esperando una mala reacción por parte mía. Puso ambas manos en mi cintura, acerco su boca lentamente mientras yo no dejaba de ver directo a sus ojos penetrantes, nos besamos, al principio lentamente, sus labios carnosos, húmedos, suaves. Poco a poco aceleramos, todo se ponía más caliente, mis brazos recorrían su cuerpo, los suyos el mío, nuestros pectorales, estómagos, vientres se rozaban, podía sentir su erección contra la mía, ambos miembros luchando por salir de sus prisiones de tela. Le empuje hacia la cama, caímos juntos, yo sobre él, no aguantaba más, tenía que hacerlo mío, tenía que ser de él. Le bese el cuello, sus pectorales, sus pezones firmes y duros, baje por sus abdominales, por ese camino perfectamente marcado que me llevaba a la gloria, me detuve en su ombligo, lo lamí, lo bese, le mire a los ojos, me miro interrogante. Date la vuelta, le dije sin dudar, ni yo podía creer que le dijera de esa forma. Me miro un instante, creo que dudo un poco, pero yo ni me moví, lo hizo y apoye todo mi cuerpo sobre él, acomodando mi miembro completamente excitado al medio de su trasero, bese su nuca, sus orejas, su cuello, recorrí con mi boca toda su espalda hasta su cintura y empecé a quitarle su pantalón, él me ayudo, bese sus piernas, sus pies y después volví a su cintura, acaricié sus nalgas, era mejor de lo que pude imaginar, empecé a recorrer la línea divisoria bajando hasta lo más íntimo de su ser, escupí en mi mano y la metí por debajo suyo para agarrar su pene, lo acariciaba y masturbaba mientras lamía y acariciaba su perineo; lamía más fuerte, le acariciaba más fuerte; él gemía, un temblor recorrió su cuerpo, después el mío. Sentí como se agitaba, gemía más fuerte parecía que ya estaba por terminar, por lo que deje su miembro y me concentre solo en su ano, lo lamía, besaba, penetraba con mi lengua lo más profundo que podía. Metí un dedo, después dos, buscaba y exploraba dentro de él, gemía de nuevo, temblaba, hasta que escuche aquellas palabras que tanto había esperado. Hazme tuyo, penétrame por favor, me dijo. ¿Condón?, pregunté. En ese estuche. Prendió la luz y me señalo un mueble al frente, me acerque y agarre uno. Se dio la vuelta mientras yo me prepare y lo lubrique más, apoyo sus piernas en mis hombros y empecé a penetrarlo, suave, lento, dolor, placer, gemía de nuevo, yo estaba en el cielo, llegue hasta el fondo, espere a que se acostumbrara y empecé a moverme, afuera y adentro, primero lento, luego poco a poco fui acelerando, más y más rápido, nuestro sudor se mezclaba en nuestros pechos, nuestros gemidos eran cada vez más fuerte y el calor se hacía más intenso. Quite sus piernas de mis hombros y me abrace a él y el me abrazo con sus brazos y puso sus piernas alrededor de mi cintura, nos besábamos mientras acariciaba mi espalda, en medio de un movimiento sincronizado y frenético. Empezó a gritar y sentí como su ano se contraía mientras eyaculaba en medio de nuestros cuerpos sudorosos, todo el placer fue insoportable y yo también me vine. Nos besamos más con cariño que con pasión, fue diferente a todos los besos que nos dimos antes, ya había algo más entre nosotros.

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