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De entre mis primeras experiencias significativas tendría que mencionar los encuentros que tenía con un compañerito del kinder, con él que me besaba en los baños y después, cuando iba a jugar a su casa, fajábamos. Esa dinámica nunca escaló, sin embargo él empezó a involucrar a compañeras, lo cual no me atraía, así que eso se terminó pronto. En la primaria alguna vez caché a un par de compañeros (que eran primos) fajar en el baño, me integré muy rápido a sus juegos, siempre con el uniforme puesto, ellos no parecían cuestionar sus juegos, solo era placer y diversión.
En la secundaria que empecé a buscar experiencias más completas. En linea llegué a contactar a un chico de mi ciudad con 17 años, yo tenía 12, que se animó a la idea de iniciarme. Por suerte él era foráneo y rentaba un cuarto, ahí me llevó y me guío sobre cómo dar sexo oral. El faje fue pésimo, me sentía petrificado. Lo más rico fue recibir beso negro y, en retrospectiva, el momento en que me tapó la boca mientras me penetraba porque había gente afuera del departamento. Repetimos alguna vez pero le perdí el rastro.
No me animaba aún a probar el último vagón pero me excitaba ver videos o leer relatos. Tomaba la línea tres de Hidalgo a Viveros para ir a correr y generalmente la acción se daba cuando tomaba el metro de vuelta. Llevaba leggings para correr, una cangurera que tapa mis erecciones, playera y rompevientos. En algún momento, como por Zapata, se llenó, lo cual era raro. Se acomodó la gente y alguien detrás de mí empezó a tocarme el culo. La delgada tela me permitió sentir sus manos. Sabía que era mi momento, así que me bajé el pantalón deportivo, pude sentir sus manos ásperas agarrando mis nalgas, pronto la humedad de su verga se hizo presente y el sonido de un escupitszo en mi cola. El placer apenas comenzaba. Me penetro mientras a nuestro alrededor otros sujetos se comprimian en un círculo, algunos con sus vergas de fuera, pude masturbar varias. Me bajaba en Hidalgo y quedaba poco tiempo. Sus embestidas aceleraban aferrándose a mis caderas. Entonces empujó mi nuca hacia el frente, haciendo que me agachara y exponiendo aún más mi culo, me dio sus últimas clavadas. Su leche me inundó. Se movió y bajó del vagón, yo subí mis pantalones e intenté actuar normal mientras varios me veían. Bajé en Hidalgo y mientras atravesaba la galería sentía su leche escapando de mi culo y escurriendo en mi muslo derecho. Nunca vi su rostro.
Cuando vivía en la tabacalera era común toparse a extranjeros o turistas por las apps. Generalmente no me animaba pero un tipo negro fue de las grandes excepciones. El sujeto venía de Alemania pero era migrante, un aroma muy fuerte, su piel era bastante dura (no áspera) y en general su actitud era bastante dominante y desapegada, diría que algo tipo Gay por pay. Aguanté su verga sin problemas pero no la disfruté porque quería venirse rápido. Fue un encuentro breve y casi intrascendente, de no ser porque fue mi primera vez con un chico negro. Repetiría pero exento de la sexualización y exotisación, solo porque haya click.
Con bastante lubricante y, si hay suerte, poppers, he recibido varios puños… el primero fue el mío en una practica de autoexploración. Después coincidí con una pareja que ponía los poppers y las bebidas para tener sesiones largas de fisting, recibí y di puño de manera muy intensa pero nunca lo encontré placentero. Tener la facilidad de recibir puño y experimentarlo era lo que me llamaba más la atención. He estado pensando hacer contenido de fisting porque me sale fácil.
Visité el lugar recientemente. La experiencia fue bastante intrascendente, $50 el general. Me invitaron el masaje «especial», fueron $400, pero no lo disfruté tanto, no sé si valga la pena.
Hola, a mí me gusta compartir material que muestre diversidad de cuerpos e identidades. Me encuentran como @CYaokali https://twitter.com/CYaokali
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