Querelle

En una ocasión en una peda en las ofrendas que hacían en las islas de C.U me seguí la borrachera con un amigo hetero, el cual me gustaba bastante, es de Veracruz se vino a estudiar acá a la CDMX, es moreno, alto, delgado desnalgado pero siempre se le marcaba un pinche bultote que a nadie pasaba desapercibido al igual que su sonrisa que trae locas a las morras y seguramente a weyes como yo. En esa ocasión su novia se enojó porque la había dejado plantada y no lo quizó recibir en su casa, me pidió paro de quedarse en la mía. El no sabía que me gusta la verga, seguimos tomando en mi depa, estuvimos hablando de morras y según yo le contaba de las viejas que me gustaban, después me contó de un accidente que tuvo y le dejo una grande cicatriz en el pecho, le pedí me la enseñara, pensé me mandaría a la chingada, pero sin más se quitó la playera y me la mostró, yo ya estaba muy excitado y trataba de disimular sin pedirle permiso toqué su cicatriz que llegaba hasta su pezón izquierdo, sólo me dijo «aguanta que sí no me caliento». Eso para mi fue una invitación, ya valiéndome madre y exponiéndome a que me diera un madrazo puse mi mano en su braqueta, le pregunté si eso era real o solo un calcetín, me sonrió,se desabrochó el cinturón y saco su verga aún medio dormida y me ordenó «chúpala para que veas que es real», si bien no era la verga más larga que he visto, sí la mas gorda, super gruesa, morena y cabezona, una verdadera delicia. Estuve mamando como veinte minutos y disfrutaba que me estuviera insultando mientras tanto, cosas como «putita» «zorra». De repente me detuvo y me dijo ponte que te voy a partir en dos pinche jotito, la neta me dolió un chingo sus embestidas pero no duró mucho, antes de eyacular sacó su vergota y me echó sus mecos en mis nalgas. Automáticamente se vistió se fue a dormir a un sillón y ni buenas noches el muy cabrón. Después en la escuela me evitaba y sólo me hablaba cuando estábamos con más amigos.

Mi primer experiencia fue en el camino verde cuando estaba por servicio social, cursaba primer semestre de mi carrera. Yo sólo había cogido con un novio que tuve en la prepa. Me metí porque quería fumar un porro, al entrar me extraño que había basura de condones y veredas marcadas, comencé a recorrerlas y vi a unos weyes fajando y a otros merodeando. Estaba muy nervioso y excitado, me quedé parado junto a un árbol ya ni fumar me dieron ganas. Después un señor alto, trajeado de buen ver (después me enteré era profesor de Ciencias) pasó a mi lado y se acarició el paquetote y se me quedó viendo, sólo avanzó unos tres metros y se paró frente a mí, se sacó la verga y me hizo señas como invitándome a chuparla, más excitado que con miedo me acerqué, me arrodilló con su mano en mi nuca y me puse como becerrito, estaba riquísima su verga, no larga pero si muy gruesa. No supe en que momento ya estaban otros dos weyes masturbándose al lado y viéndonos, se fueron acercando poco a poco y al rato ya estaba mamando tres vergas, estaba extasiado, hasta que un wey empezó a acariciarme las nalgas y me dijo que me bajara el pantalón, en ese momento entré en pánico, no dije nada, me levanté y prácticamente salí corriendo. Ahora me arrepiento tanto jaja. Fue la única vez que fui al camino verde estando en la carrera porque era closetero y tenía miedo de encontrarme a alguien que me ubicara. Ya después conocería el metreo y esas son otras deliciosas historias.